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LISBOA, MI PRIMER VIAJE SOLA

Como seguimos sin poder viajar, yo sigo viajando a través del paladar y también a través de mis recuerdos. Porque, ¿soy la única que hace fotos en los viajes y luego nunca las vuelve a ver? Estos días estoy recordando mis primeros viajes del año y con ellos está este viaje tan especial para mí: Lisboa, mi primer viaje sola. Y hoy vengo a contarte toda mi experiencia, tanto de esta encantadora ciudad como de cómo fue para mí viajar sola. Spoiler alert: me gustó tanto que fue el primero de varios.

¿Cómo llegar a Lisboa?

Pero empecemos por el principio. Toda historia tiene uno al fin y al cabo. 

Como ya sabes, trabajo en Hotelería y, al menos en esa época, coger vacaciones en “época de mayor demanda” no era una opción. Siempre perdía mis vacaciones quedándome en casa porque no había nadie con quien pudiera hacerlo. Hasta que, por una serie de circunstancias, decidí que mi amor por viajar debía ser más grande que mi miedo a hacerlo sola y me lancé. 

Había hecho algunos viajes sola, pero siempre para ir a visitar amigos y familiares por lo que nunca estaba sola todo el rato. Pero ahí estaban mis días de vacaciones y mis ganas de aprovecharlo. ¿Y cuál fue el destino? Pues el más barato y atractivo que encontré siguiendo mis consejos sobre como viajar y hacerlo más barato en el apartado de desplazamientos. Estaba decidido, Lisboa sería la elegida.

barrio alfama
Calle de Alfama

¿Dónde alojarse en Lisboa?

Una vez que tuve los billetes baratos, tiré de contactos laborales y reservé en Gat Rossio (ya te he hablado de esta pequeña cadena a través de mi artículo de cómo pasar 4 días para una primera visita a Berlín). 

hotel gat rossio
Detalles del hotel Gat Rossio

Organización del viaje

Solo quedaba investigar sobre lo que quería hacer allí y lanzarme a la aventura. Descubrí que tiene 5 barrios imprescindibles que visitar y me organicé para que pudiera conocer todos y cada uno de ellos así como sus principales puntos de interés mientras visitaba Lisboa, mi primer viaje sola. Además, me aseguré de mirar las empresas de Free Tour y sus horarios (ya sabes lo que me gusta hacer tours que me cuenten más cositas de la ciudad y su historia).

También miré cómo haría los desplazamientos y el coste de todo lo que quería visitar. Y gracias a ello, descubrí Lisboa Card. Es una tarjeta de transporte y de descuentos en visitas que merece mucho la pena si tienes ganas de entrar a lugares como la Torre de Belem, el monasterio de los Jerónimos o el ascensor de Santa Justa. Sin olvidar que incluye el transporte de casi todo tipo en la ciudad.

Una vez todo preparado y con la maleta llena, llegaba el día y comenzaba Lisboa, mi primer viaje sola. ¿Me acompañas?

Recuerda que, especialmente si viajas al extranjero, lo ideal es que contrates un seguro de viaje. Yo te recomiendo hacerlo con Heymondo y encima, si reservas a través de este enlace, te harán un 5% de descuento.

¿Qué ver en Lisboa?

ALFAMA

Nada más llegar a Lisboa, mi primer viaje sola, y con mi ruta organizada, me dirigí a Alfama, el barrio del Fado y de los pocos que sobrevivió al terremoto de 1755. Porque si algo debes saber de Lisboa es que la ciudad sufrió un terremoto que la devastó casi en su totalidad. Sin embargo, el barrio de Alfama fue de los pocos en no sufrir casi ningún daño.

Su nombre viene del árabe, al-hammã, que significa «fuente». Y es que debajo de su suelo corrían manantiales de agua que alimentaban las fuentes repartidas por todo el barrio y a donde sus habitantes se dirigían a abastecerse de agua. Esas fuentes son conocidas localmente como chafarizes y todavía se encuentran en el barrio. Y si bien es seguramente el barrio más castizo de la ciudad, con el turismo quizá ha podido perder parte de su esencia.

Yo accedí a él mediante uno de los medios de transporte más auténticos de Lisboa, el tranvía 28 desde la Baixa. Después, decidí que bajaría callejeando y descubriendo rincones preciosos y miradores que me mostraron una ciudad increíble. Una ciudad que guarda un aspecto desgastado y parado en el tiempo, pero que vibra y cambia completamente por la noche. Y este barrio es el ejemplo perfecto de esta sensación gracias a los lugares de Fado que encuentras. 

Pero no te apresures a reservar. La mayoría son caros y cobran entrada. Más adelante te comentaré un lugar para escuchar fado. 

barrio alfama
Rincón de Alfama

De este barrio lo que pude ver y te recomendaría: 

LOS MIRADORES

mirador alfama

Yo visité el de Santa Lucía, da Senhora do Monte y das Portas do Sol y me encantó tener a mis pies esta maravilla.

Además, gracias a que viajaba sola, me senté durante un tiempo en cada uno de ellos disfrutando de las vistas y con mi diario de viajes describiendo el momento y mis experiencias. 

Esa es la forma que encontré para no sentir esa soledad de no tener compañía.¿Tú has viajado solo o tienes algún truco que contarme? Recuerda que al final del artículo tienes un cajón para comentarios.

PANTEÓN NACIONAL

El Panteón Nacional de Lisboa tiene una larga historia de retrasos, reconstrucciones y restauraciones. Su construcción en el antiguo solar de una iglesia, aunque comenzó hace casi tres siglos, no fue terminada hasta 1966. 

panteón nacional

Hecha de mármol de varios colores, la iglesia fue destinada a ser un panteón a los héroes nacionales por el gobierno republicano de 1.916. Entre ellos, se encuentra la gran Amália Rodrigues, gran fadista de todos los tiempos y cuya tumba es reconocible por la cantidad de flores que siempre la decoran.

Pero lo que más me gustó del panteón (por cierto, la entrada es gratis si tienes la Lisboa Card) son las espectaculares vistas de 360º de la ciudad. De verdad, no hay ningún mirador que me gustase más que estas vistas. Encima, el edificio es precioso y un muy buen ejemplo de neoclasicismo.

FERIA DA LADRA

Pero mi visita al Panteón Nacional tenía una razón oculta y es que está en el Campo de Santa Clara, lugar en el que cada martes y sábado se celebra la feria da Ladra que viene a ser un mercadillo del tipo del Rastro de Madrid, el Portobello Market de Londres o el Marché aux Puces en París. No podía saltarme esta visita en Lisboa, mi primer viaje sola.

feria da ladra

En castellano se podría traducir como «mercadillo de la ladrona». Y es que ofrece un amplio rango de interesantes artículos que van desde cámaras antiguas, a muebles usados, pasando por lámparas kitsch, colecciones de discos de vinilo o música autóctona portuguesa, pero no es lo único.

De hecho, me comentaron en el hotel que las cosas que se roban en la ciudad (no hay mucho ladronzuelo, pero alguno hay) acaban intentando venderse en este mercado. Así que, si eres de los desafortunados, quizá puedas encontrar tu objeto robado aquí.

IGLESIA DE SAN VICENTE DE FORA

La iglesia o monasterio de San Vicente de Fora es una iglesia de Lisboa dedicada a San Vicente, patrón de la ciudad desde 1173, cuando sus reliquias se transfirieron del Algarve a una iglesia fuera de las murallas de la ciudad. 

Pese a que es visitable de martes a domingos en diferentes horarios, yo no llegué a entrar. Sí que la visité por fuera y me quedé maravillada de su fachada sobria y simétrica, típicamente manierista (vamos, el período de transición entre el renacimiento y el barroco). Cerquita además se encuentra uno de los miradores y realmente me mereció más la pena pararme en él.

LA CATEDRAL O SÉ

La catedral no es sólo símbolo inequívoco de la arquitectura de la ciudad o del barrio, sino también de la llamada reconquista cristiana. 

catedral lisboa

De estilo románico, es una de las visitas obligadas en Alfama. Se trata de uno de los pocos monumentos supervivientes a los terremotos de 1755. Su construcción comenzó a mediados del siglo XII, cuando Alfonso Henríquez y el primer obispo de Lisboa, Gilbert de Hastings (un inglés, por cierto), decidieron levantarla sobre una antigua mezquita tras reconquistar la ciudad a los musulmanes durante la Segunda Cruzada.

Pese a que la visita a la misma es gratuita, no así la entrada al Claustro y al Tesoro (2.5€ cada acceso). Te recomiendo mucho que entres a verla y que disfrutes de su exterior mientras ves sisear al tranvía nº 28 por su lado izquierdo.

También puedes visitar el Castillo de San Jorge. Aunque yo no llegué a subir, dicen que también es muy bonito y está dentro del barrio así que siempre puedes aprovechar y darte una vuelta.

O CARVOEIRO

Una de las cosas que tienes que saber de Lisboa es que los restaurantes suelen tener menús bastante bien de precio (10-12€) cuando a la carta puede salirte más caro (20-25€). Es algo que aprendí en Lisboa, mi primer viaje sola.

Muchos lo anuncian en el exterior y tienen platos típicos portugueses como el bacalao dorado o bacalhau à brás, el pulpo o polvo à lagareiro, las sardinas y el guiso de judías o feijoadas. Todos platos riquísimos y que debes apuntarte.

Ejemplo de restaurantes como el que te acabo de decir es O Carvoeiro que además se encuentra en la Calzada de San Vicente, muy cerca de la iglesia de San Vicente y por donde sube el tranvía. 

Si tienes la suerte de poder sentarte en una mesa cerca de la ventana, verás el trasiego de la ciudad mientras que disfrutas de un rincón precioso lleno de azulejos y con una decoración muy de la ciudad.

o carvoeiro
Entrada al restaurante O Carvoeiro

BAIXA

Y de un barrio con mucha alma y que no solo ha resistido el paso del tiempo, sino que también ha podido con las inclemencias de la naturaleza, pasamos a otro al que le pasó todo lo contrario, la Baixa en Lisboa, mi primer viaje sola.

rua augusta

Tras el terremoto de 1755 que destruyó el barrio, el Marqués de Pombal se encargó del trabajo urbanístico que traería gran progreso a la ciudad y cuyos resultados aún se pueden ver.

Entre las novedades que se incluyeron en el proyecto, se encuentra la primera red de alcantarillado de Portugal. Además, las casas fueron pioneras mundiales en construcción anti-sísmica. Para comprobar la resistencia a los temblores de las construcciones, hicieron desfilar varias tropas por las calles.

Otra novedad fueron las piezas pre-fabricadas para construir rápidamente como con las ventanas que sólo había dos tipos: grandes para la fachada y pequeñas para el interior. Pero si algo llama la atención al turista es la organización del espacio. 

RUA AUGUSTA

El Marqués de Pombal lo organizó todo para que fueran calles rectas y perpendiculares a la principal, la Rua Augusta y cuyos extremos son la Plaza de Rossio y la Plaza del Comercio. Algo totalmente revolucionario y que entiendo que sirvió de inspiración posteriormente a otros como el Plan Cerdà de Barcelona. 

Es una calle peatonal muy popular del centro que está llena de comercios y restaurantes. Un lugar ideal para hacer unas compras y pasear mientras observas las fachadas que ofrecen.

PLAZA DEL COMERCIO

plaza comercio

Como ya sabes, la plaza del Comercio es uno de los extremos de la Rua Augusta. De hecho, es el extremo de la ciudad en el margen del río Tajo al paso por la ciudad y una de las plazas más grandes de Portugal y Europa incluso.

En el pasado, fue entre otras cosas, el sitio donde estuvo el Palacio Real de Lisboa por casi 200 años del que no se conserva nada. Actualmente, además de algunas oficinas del gobierno y sus ministerios, bajo esos arcos y fachadas amarillas se encuentran cafés y restaurantes, entre ellos, el café más antiguo de Lisboa, el Martinho da Arcada, donde se sentaba el famoso poeta portugués Fernando Pessoa.

Por último, en la plaza destaca el majestuoso arco por donde accedes a la plaza desde la Rua Augusta en la Baixa, que tiene un mirador al que puedes subir. 

Si vas en invierno como yo, abrígate bien para visitar esta zona. Al estar abierta al río, hay mayor sensación de frío.

PLAZA DEL ROSSIO

plaza rossio

En la otra punta de la rua Augusta, nos encontramos esta plaza del Rossio (llamada realmente plaza Don Pedro IV), centro neurálgico de la ciudad desde el siglo XIII y es que aquí era donde se concentraban las actividades cotidianas de la ciudad a las afuera del castillo de San Jorge. Es la siguiente parada en Lisboa, mi primer viaje sola.

Esta plaza ha sido testigo de juicios, fiestas populares, desfiles, encuentros políticos y religiosos, ejecuciones de la Inquisición, peleas de toros… Actualmente, alberga bares y souvenirs pero también edificios muy representativos como:

Teatro Nacional Doña María II

Un edificio majestuoso con una fachada neoclásica realmente bonita, donde llama la atención el gran pórtico de columnas jónicas y la figura de Gil Vicente, considerado el fundador del teatro portugués. Como curiosidad, el teatro está emplazado en el mismo solar donde se ubicó el palacio de la Inquisición.

Iglesia de Santo Domingo
iglesia quemada de santo domingo

Una iglesia cuyo interior encontrarás calcinado debido al incendio que sufrió en el verano de 1959. Fue durante siglos la más grande de Lisboa y acogió todas las ceremonias religiosas importantes de la época. Fundada en el siglo XIII, quedó prácticamente destruida en 1755 y reconstruida para ser devastada posteriormente por las llamas.

Pero si por algo es famosa la iglesia, es por ser el lugar donde la Inquisición celebraba sus actos públicos de fe, enunciaba sus condenas y enviaba a la hoguera a los “herejes”. Pero también, por ser el lugar del peor episodio de terror que sufrieron los judíos y los nuevos cristianos en Lisboa en la matanza del 15 de enero de 1503. Para conocer más detalles, te invito a que vayas y que reserves uno de los tour gratis que uso yo siempre que viajo.

Estación de Rossio

Es uno de los edificios más emblemáticos de Lisboa, así como su estación central y más importante. De ella parten los trenes que llegan a Sintra, del que hablaremos más adelante. De estilo neomanuelino, llama la atención por su belleza. El edificio sigue la estética del Romanticismo, que estaba en pleno auge, y cuya intención fue la de demostrar la superioridad tecnológica de la ciudad. Lo más curioso del interior son los andenes en altura (por encima del nivel suelo). Además, los techos de hierro forjado que cubren los andenes son obra de Gustave Eiffel.

The Fantastic World Of Portuguese Sardines
fantastic world of portuguese sardines

Se trata de una tienda de recuerdos en forma de latas de sardinas que, cuanto menos, es original. Con una decoración que se asemeja a los circos de principios del siglo XX, en ella podrás encontrar latas que representan cualquier año y los grandes acontecimientos vividos durante el mismo. Me pareció muy llamativo para comprar si no te van los azulejos que es el otro gran souvenir que se aprecia en la ciudad.

ELEVADOR DE SANTA JUSTA

elevador santa justa

El último de los puntos de interés que visité del barrio de La Baixa antes de continuar al siguiente de los barrios emblemáticos de la ciudad es el ascensor o elevador de Santa Justa. Otro lugar desde el que tener unas vistas espectaculares de la ciudad a orillas del río Tajo en Lisboa, mi primer viaje sola.

Fue construido por un ingeniero portugués de origen francés y del que dicen fue discípulo de Eiffel. El elevador fue visto como una solución a la empinada subida que conecta la Baixa con la zona de Chiado y fue oficialmente inaugurado en Julio de 1902.

detalle del elevador santa justa

De los pocos elementos góticos y de la época Industrial de la ciudad, es considerado monumento nacional desde 2002. Aunque la entrada tiene un coste de poco más de 5€, si tienes la tarjeta Lisboa Card es totalmente gratuita, lo que la convierte en una parada obligada para todo el que esté en la ciudad.

Si bien es muy atrayente (si no tienes vértigo claro), debo reconocer que hay que saber cuándo ir. Y es que hay horas en las que se forman grandes colas. Lo mejor es acudir a la hora de las comidas (sobre las 13h-14h o 19-20h). Yo subí tanto de día como de noche y fue una gran experiencia.

CASA DAS BIFANAS

Y no podíamos dejar este gran barrio de Lisboa, mi primer viaje sola, sin antes encontrar un lugar super ideal donde comer algo muy típico y eso son las Bifanas. Las bifanas (o bifana) es un plato típico portugués creado en la localidad de Vendas Novas. Consta de varios filetes de chuletas de cerdo que se marinan con ajo, vino y laurel, se asan a la parrilla y se meten en pan caliente. Por lo general, se sazonan con mostaza o salsa picante. Vamos, un bocata típico y de muy buena pinta que no debes perderte. 

bifana

¿Y dónde probé la mejor bifana de toda la ciudad? En Casa Das Bifanas, un pequeño bar situado en el número 6 de la plaza de Figueroa, la plaza donde coges los tranvías nº 12, 15 y 25, y al lado de la plaza Rossio. Apúntatelo porque no suele salir en guías. Super barato (un par de euros por bocata), aunque debes recordar que solo se puede pagar en efectivo. 

Una bifana no será suficiente, creéme, y menos si lo compartes en buena compañía. Ese fue mi caso. Coincidí con una pareja que conocí en el free tour que había hecho y fue una grata sorpresa. No me importa comer sola, pero reconozco que la compañía siempre es de agradecer. Creo que es una de las mejores cosas que tiene viajar sola, conocer a personas de otros lugares y compartir experiencias y momentos.

CHIADO-ALTO

Y de un barrio como La Baixa, conectado a través del elevador de Santa Justa, nos movemos a otro donde el arte y la cultura cobran vida en Lisboa, mi primer viaje sola. Y es que si Alfama es la música y la inspiración, Chiado es el alma y la poesía de la ciudad. Y nunca mejor dicho.

Pero para entender mejor este barrio, o al menos eso hice yo, lo mejor es apuntarte a uno de los tours gratis que ofrece la ciudad y que suele explicar tanto La Baixa como Chiado y el Alto. Normalmente Alfama no entra en las rutas, pero merece y mucho la pena que lo tengas en cuenta para guardarle un hueco en tu viaje.

Chiado fue el epicentro del Romanticismo Portugués, punto de encuentro de escritores y artistas, algunos de los cuales se encuentran inmortalizados en estatuas como la de Fernando Pessoa, António Ribeiro y Luís de Camões. Todos artistas y poetas de la ciudad.

Hoy en día, sigue siendo una parte del centro de Lisboa con mucha vida. Sus cafés, calles y tiendas, son ocupados por turistas, artistas, fashionistas y residentes. Muestra de ello es la cantidad de teatros que encontrarás en este barrio y que ofrecen una gran variedad de espectáculos. Pero también de tiendas de diseño tanto de marcas portuguesas conocidas como de artistas emergentes.

 Ya en el siglo XVIII, y hasta el siglo XX, la zona tenía a la Rua Garrett como el centro de la Lisboa intelectual. De hecho, la dictadura del momento acosó a este movimiento durante mucho tiempo. Pero fue en Agosto de 1988 que un gran incendio devastó la zona y la reconstrucción del barrio tuvo en cuenta la grandeza del mismo, incluyendo sus cafés, ventas de libros, teatros y boutiques.

estatua fernando pessoa
Estatua de Fernando Pessoa

CAFÉ A BRASILEIRA

Muestra de este movimiento, nos encontramos con el Café A Brasileira fundado en 1905 y uno de los más antiguos de la ciudad. Es en el mismo café en el que puedes encontrar la figura en bronce de Fernando Pessoa, gran poeta y autor, entre otras, de la obra “Desasosiego” como homenaje a la asiduidad del artista al lugar.

cafe brasileira

Anteriormente una camisería, fue un emigrante de Brasil el que la convirtió en una torrefactoría en un momento en el que el café no era tan apreciado como ahora. Una de sus técnicas de divulgación y captación de clientes fue la de regalar “bicas” o una taza de café corto e intenso a aquellos que compraban café en la tienda. Y hoy día es precisamente estas bicas lo que lo hacen famoso. Aunque ya no las regalen. 

Su interior es un viaje al pasado, a principios del siglo XX con detalles en madera. Un ambiente que realmente te transporta a una época de conjeturas y lucha por acabar con una dictadura.

No es un local barato, pero tampoco excesivamente caro. Para que te hagas una idea, un café solo son 2€ y con leche 2.8€. Pero sentarte allí en la terraza, acompañad@ por el espíritu de los intelectuales, mientras escuchas música en directo de la plaza cercana no tiene precio. Para mí, empaparme de la magia y la vida de la ciudad es de lo que más disfruto de la ciudad. Y si eres como yo, te lo recomiendo sin dudarlo.

LIBRERÍA BERTRAND

Pero si algo conserva el encanto de una época pasada es, sin duda, esta librería situada en la ya mencionada Rua Garrett. Y que, si eres amante de los libros como yo, debes apuntarte. ¿Que por qué? Pues porque es la librería más antigua del mundo aún en funcionamiento.

¿Ya he picado tu curiosidad? Voy a ver si te doy un poco más de contexto y te acabo de convencer. 

llibreria Bertrand

Fundada en 1732 por el librero francés Pedro Faure, su primera ubicación no es la actual. Pierre Bertrand aparecerá como yerno de nuestro amigo Faure y, tras la muerte de su suegro, se hizo cargo de la librería junto a su hermano Jean Joseph. 

Durante el terremoto de 1755, se vieron obligados a trabajar desde la capilla de Nossa Senhora das Necessidades. Tras lo cual, y la casi destrucción total de la librería, Pierre se retira y será su hermano Jean Joseph quien continúa con la misma que, tras pasar por otra localización, por fin se asienta en su ubicación actual en el nº 73 de la Rua Garrett en 1773.

Es desde entonces que realmente se convierte en centro neurológico de eventos importantes y claves de la ciudad como la fuga del rey Joao VI a Brasil. Además, desde primeros del siglo XX también se convirtió en editorial. Actualmente, la empresa tiene unas seis tiendas.

De la tienda original, realmente solo queda la fachada ya que por dentro, y tras una gran ampliación y renovación, lo que ves es una librería bastante actual con una gran cantidad de libros en varios idiomas.

CONVENTO DO CARMO

ruinas convento do carmo

Pero no todo en Chiado es cultura y arte, o al menos de la que se lee y se estudia. Y es que lo que más me alucinó de todo el barrio seguramente fue el Convento do Carmo.

Para que te hagas una idea, tanto el convento como la iglesia que había fueron unas de las construcciones más poderosas y destacadas de Lisboa. Fundadas en 1389, pertenecían a la Orden de los Carmelitas.

El convento poseía en su época la principal iglesia de arte gótica de la ciudad, pero sufrió graves daños durante el terremoto, primero en su estructura y, luego, por un incendio que destruyó casi por completo su contenido. 

Por desgracia, o no, estas ruinas nunca fueron reconstruidas y se conservan como el testimonio de la destrucción que el terremoto causó en la ciudad.

BARRIO ALTO

Y de un barrio lleno de cultura e historia pasamos al barrio de marcha y de salidas. Y, la verdad, solo se separan por una plaza, la de Luís de Camoes. Esta es mi siguiente parada en Lisboa, mi primer viaje sola.

Porque, ¿pensabas que solo con la cultura y los monumentos es capaz un@ de hacerse una idea del lugar que visita? Yo creo que no. Y por eso visité este barrio que, aunque es bastante tranquilo porque es residencial, por las noches surgen de todos los rincones tanto locales como turistas en sus calles y bares para disfrutar de la noche.

Si vas de visita y eres sensible al ruido, no te alojes en este barrio. 

Pero no sólo de bares se vive y también es la zona de restaurantes (junto a Alfama) por excelencia. Desde tascas más tradicionales a lugares de cocina más contemporánea y vanguardista.

TASCA DO CHICO

¿Recuerdas cuando antes te he comentado que no hacía falta que pagaras por un espectáculo de Fado ni que te gastaras una fortuna en menús degustación? Pues es por este lugar.

Tasco Do Chico está situado en todo el meollo del barrio más animado de Lisboa. Y es que no podía ser de otra manera. Un local con encanto en cuya pared no queda un rincón sin una foto o una decoración que no muestre el amor que tienen por el Fado. 

tasca do chico

Situado en el nº 83 de la Rua dos Remedios, es un local bastante pequeño por lo que te recomiendo que, si quieres ir, sea más bien temprano o te tocará hacer cola. Cantan canciones de Fado pero no es que se pasen haciendo un espectáculo durante mucho tiempo por lo que no te hagas grandes expectativas.

Eso sí, es pura magia para aquellos a los que la música les toca el corazón. De hecho, es tal respecto el que se le tiene a la música en el local que, durante las actuaciones, no se puede entrar ni salir y se pide silencio absoluto. Ni los camareros andan circulando. Todo se detiene para ensalzar una música y un arte que enamora aquí. 

Sobre la comida, realmente yo pedí sólo el pulpo y poco más y me gustó bastante. No es caro, pero tampoco excesivamente barato. De hecho, si lees comentarios por ahí, hay opiniones contradictorias. Yo realmente no fui por la comida, sino por la música y no salí defraudada. Eso sí te lo puedo decir.

Si quieres reservar un espectáculo con cena, te recomiendo que le eches un vistazo a este enlace.

BELEM

Y del barrio con más movimiento y moderno al que mejor refleja la Edad de Oro tanto para la ciudad como para el país. Toca el último barrio del viaje a Lisboa, mi primer viaje sola, Belem. En él, encontrarás continuos recuerdos de la época en la que partían naves portuguesas hacia el nuevo mundo en busca de descubrimientos que llenaron de esplendor a la ciudad y el país. Mi último barrio en Lisboa, mi primer viaje sola.

Aunque es el barrio más alejado del centro, podrás acceder a él fácilmente con el tranvía 15 (se coge en la plaza donde precisamente puedes probar las mejores Bifanas, la plaza Figueroa) o en el bus 728. No hay que decir que el tranvía suele estar más lleno y que lo mejor es ir al inicio de la línea para conseguir sitio sin problemas. Y así, comenzar con la ruta por Belem. Aquí está la mía, aunque tú puedes organizarla como mejor te convenga.

Si quieres, también hay free tours por Belem y aquí te dejo el enlace.

TORRE DE BELEM

Declarada Patrimonio de la Humanidad, la torre data de 1515 y su ubicación sobre la antigua playa de Restelo, desde donde partían las carabelas en sus expediciones hacia otros continentes, no es casual.

Precisamente perteneciente a la llamada “Era de los Descubrimientos”, en un inicio se construyó como fortaleza para proteger la entrada al puerto a través del Tajo (en el interior del baluarte aún podrás ver los cañones). Con el tiempo, su uso defensivo quedó relegado y se utilizó como centro recaudador de impuestos e incluso prisión. De estilo manuelino, tiene claras influencias del arte árabe dado que su arquitecto, Francisco de Arruda, tenía experiencia en trabajos de fortalezas de este tipo en Marruecos.

En su estructura podemos observar dos elementos principales: la torre y el baluarte. El acceso al monumento se realiza por el baluarte, a través de una pasarela. Y, pese a que su interior es muy austero, en él podrás observar algunas esculturas de San Vicente.

Pero lo que realmente te llamará la atención es el exterior. Está esculpida en piedra, con galerías y torres de vigilancia, almenas en forma de escudos y elementos naturalistas alusivos a las nuevas colonias, como la gárgola del rinoceronte.

Suele estar abierta de Martes a Domingo en diferentes horarios dependiendo de la época. Además, lo mejor de todo es que la entrada es gratis si tienes la Lisboa Card. Si no, son 6€ para adultos y se pueden aplicar otros descuentos para niños, familias y mayores.

torre de belem
Torre de Belem

EL MONASTERIO DE LOS JERÓNIMOS

monasterio de los jerónimos

Y de un monumento Patrimonio de la Humanidad a otro como el monasterio de los Jerónimos. Entre ambos sólo hay un paseo andando de 15 minutos. 

Construida sobre una pequeña iglesia donde los navegantes pasaban la noche antes de partir a nuevas expediciones, fue Manuel I quien la mandó a construir tras el regreso de Vasco de Gama de la India. Es por eso que mantiene la arquitectura manuelina característica del siglo XVI, siglo de su construcción. Fueron los monjes de la Orden de San Jerónimo los elegidos para ocuparlo (de ahí su nombre) y no fue hasta el s. XIX que concluyó definitivamente su construcción. Prueba de ello es que, si observas atentamente, verás que el campanario y el ala occidental no guardan armonía con el resto ya que pertenecen a épocas distintas.

claustro monasterio los jeronimos

Pero, ¿es tan impresionante como parece? Lo es y más de lo que te imaginas. Porque si por fuera esos 300 metros de largo de fachada te sorprenden, espera a ver su hermoso claustro y la iglesia donde además puedes ver las tumbas de Vasco de Gama, el poeta Luís de Camoes y también de Fernando Pessoa.  No te preocupes, hay audioguías y paneles que te explican todo al detalle.

Cuando acabé la visita, me dirigí a comer algo en la Rua de Belem, llena de restaurantes con menú.

Su entrada también es gratis con la Lisboa Card y tiene horarios muy parecidos a la Torre, cerrando cada lunes y algunos festivos. La entrada, si no tienes la Lisboa Card, es de 10€ y también hay descuentos y entradas combinadas con la Torre o el Museo de Arqueología.

Si lo que quieres es un tour guiado por ambos monumentos, te recomeindo que reserves tu visita aquí.

MUSEO NACIONAL DE CARRUAJES

Al terminar de comer, y para bajar la comida, me dirigí al museo nacional de Carruajes (también con entrada gratuita con la Lisboa Card). No puedo negar que todo lo que sea de época me fascina, ya sean carruajes o ropa. Y no podía saltarme este museo considerado el mejor del mundo de este tipo, albergando una gran colección de carruajes y carrozas que datan de entre los siglos XVII y XIX.

El museo realmente está dividido en dos edificios, el picadero real y otro edificio más moderno. En el picadero es donde la familia real celebraba los campeonatos de equitación mientras observaba desde la balconada superior y es a comienzos del siglo XX cuando la reina Amelia de Orleans lo convirtió en el un museo para la colección de carruajes reales a lo largo de la historia. El segundo edificio fue abierto en 2015 por el 110º aniversario del que es el museo más visitado de Lisboa.

Abierto de martes a domingo con un horario bastante amplio, ten en cuenta que el picadero cierra a mediodía. El precio de entrada es bastante económico y personalmente creo que merece mucho la pena.

museo de carruajes
Museo Nacional de Carruajes

MONUMENTO A LOS DESCUBRIMIENTOS

Caminando por el margen del Tajo tras la visita anterior, me dirigí al monumento a los descubrimientos, una construcción inaugurada en 1960 para conmemorar los 500 años de la muerte de Enrique El Navegante.

Su fachada de 50 metros de altura representa las figuras de la era de los descubrimientos mientras miran al río como antiguamente hicieron. A sus pies puedes ver una rosa de los vientos describiendo las rutas que, en su día, estos personajes realizaran.

Tiene un mirador al que se puede acceder aunque yo preferí no pagar. El precio oficial es de 6€ y tiene descuentos varios, entre ellos un 20% con nuestra Lisboa Card. Recuerda que cierra también los lunes y tiene un horario bastante amplio dependiendo de la época.

monumento a los descubrimientos
Monumento a los descubrimientos

PASTEIS DE BELEM

¿Y qué tipo de foodie sería si no fuera a lo que se conoce como la cuna del pasteis de nata de Belem? Pues ninguna, o eso pienso yo. Por eso, una de mis paradas obligatorias tenía que ser Pasteis de Belem, el mejor lugar para probar por primera vez este delicioso pastelito de nata. Porque sí, porque yo o lo hago a lo grande o no lo hago. De hecho, no probé este pastelito hasta que no fui a Belem, a su cuna.

pasteis de belem

Según cuentan, a inicios del siglo XIX, y cerca del monasterio, funcionaba una refinería de caña de azúcar asociadas a una pequeña tienda de ultramarinos. A raíz del cierre de los conventos en 1834, expulsando a Clero y trabajadores, alguien del monasterio decidió poner en venta en esa pequeña tienda lo que se llamaron como “pasteis de belem” a modo de supervivencia. 

Aunque la zona estaba aislada de la ciudad, llegaban barcos de vapor y la imponencia de la torre y el monasterio atraía a todo tipo de visitantes que rápido se acostumbraron a estos deliciosos pastelitos. Será ya en 1837 cuando comenzara a fabricarse los pasteles en las instalaciones de la refinería con la “receta secreta” procedente del monasterio y transmitida por los maestros pasteleros que la fabrican aún hoy día a mano en el taller tal y como era en su día.

interior de pasteis de belem

Y después de esta historia, ¿quién no se anima a por un pastelito? Encontrarás el sitio muy fácilmente ya que hay casi siempre cola. Lo bueno es que existen dos tipos, la de consumir en el local y la de comprar para llevar. Ésta última suele tener más cola por lo que obviamente la mejor opción siempre es quedarte. Y no solo por la cola, el local es espectacular y precioso y el trato es exquisito. 

En cuanto a precios, un pastel cuesta 1.15€ (6.9€ si compras 6), pero te recomiendo que pidas una pequeña variedad de productos. Entre los que te recomiendo están el bolo de arroz, la bola de berlim rellena de crema pastelera y la torta de naranja. Aunque había muchísimos y con una pinta increíble. Tienen también una gran variedad de bebidas y salados por si te apetece algo más. En fin, que saldrás encantado con la experiencia y con la tripa llena para volver al centro como hice yo.

Y hasta aquí mi experiencia en Lisboa, mi primer viaje sola, pero queda una pequeña escapada que quiero compartir contigo en el siguiente post de SINTRA Y QUELUZ, VISITAS IMPRESCINDIBLES

2 Comentarios

  • Joséka

    Voy a realizar mi primer viaje en solitario y el destino también es Lisboa. Escribí en google «viajar solo a Lisboa» y por casualidad encontré tu blog. Lo explicas todo súper bien y sin duda estav a ser mi guía para el viaje muchísimas gracias por tu publicación.

    • wanderfoodiegirl

      Muchísimas gracias a ti por leerme y tus palabras😍 si puedo serte de más utilidad, escríbeme un email y trato de ayudarte. La info está actualizada de hace poquito😉 espero que disfrutes de tu primera experiencia en solitario y te animes a más ♥️

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