GLASGOW Y SUS 8 VISITAS OBLIGADAS
Glasgow es una ciudad increíblemente animada y llena de vida. Capital de Escocia, esta ciudad no es tan conocida ni turística como Edimburgo, pero tiene una magia y un encanto que espero poder descubrirte en este artículo de hoy. Hace unos años hice el viaje de mi vida a Escocia y, entre otros lugares, fui a Glasgow y sus 8 visitas obligadas.
Vengo a hablarte de todos ellos para que, si tienes el placer de visitar esta ciudad, sepas qué puedes hacer en ella.
ORGANIZACIÓN
Glasgow es una de las ciudades a las que volar más baratas de Escocia. De hecho, muchos como yo son los que han volado hasta ella y luego cogido un tren que te lleva a Edimburgo por unos 10-15£ en una hora u hora y media.
Como ves, una opción más que aceptable para ahorrarte mucho dinero y, de paso, conocer ambas ciudades. Si te interesa, puedes reservar los billetes aquí o directamente en la estación. Los trenes tienen mucha afluencia y prácticamente cada 10-15 minutos pasa uno.
Una vez tienes los vuelos, lo ideal es coger el alojamiento y la verdad es que si vas en plan mochilero, lo más recomendable es una residencia u hostal como el que yo me quedé. El Euro Hostel Glasgow es un hostal bastante cómodo y moderno con pub y en el que puedes descansar cómodamente en habitaciones con camas compartidas o privadas. El precio varía a lo largo del año, pero yo lo conseguí por unos 35£ por persona que no está nada mal para las fechas de verano.
Lo último que tienes que tener en cuenta son los horarios de la conexión entre el aeropuerto y la ciudad. El bus Glasgow Airport Express suele tener una frecuencia cada 10-15 minutos y en menos de media hora estás en la ciudad. El coste ida y vuelta son 14£ y lo único que debes controlar son los horarios para no hacer largas esperas.
Por último, no te olvides reservar, como hice yo, el free tour que te ayudará a tener una idea más clara de la ciudad y a conocer un poco más de la historia de una ciudad muy bien considerada para vivir y estudiar. Hay varias empresas que lo hacen. Echa un vistazo a las que hay según los días que pases en la ciudad y coge la que más te convenga.
Por último, necesitas saber que, para conocer la ciudad a fondo, necesitarás unos 3 días. Esto siempre que no te apetezca recrearte, en cuyo caso te recomiendo que añadas un día más.
En resumen, un fin de semana largo es ideal para conocer Glasgow y sus 8 visitas obligadas.
STREET ART O ARTE URBANO
Si algo es característico y representa la ciudad de Glasgow, eso es sin duda el arte urbano de la ciudad. De hecho, mires donde mires, te encontrarás grafitis y murales increíbles y de muy buen gusto para pasear y admirarlos.
En una ciudad tan cosmopolita y joven (es una gran ciudad universitaria) sentarte en un pub a tomar algo en una terraza mientras admiras un mural es un auténtico planazo.
Si te decides por un tour gratuito además tendrás el placer de poder entender y conocer la historia de los más representativos como parte del recorrido.
De forma resumida, los murales fueron pintados por iniciativa del Ayuntamiento, que quiso llenar la ciudad de arte y cultura con motivo de los Juegos de la Commonwealth en 2014. Otros han surgido por el impulso de galerías de arte y estrellas del street art local a posteriori y no paran de surgir nuevos y más impactantes.
De mis favoritos fueron: the world’s most economic taxi, Strathclyde University, Windpower y hip hop marionettes (este último ya no existe) de Rogue-One y Fellow Residents, honey I shrunk the kids y la leyenda de San Mungo de Smug. Super recomendables y muy interesantes.
CATEDRAL DE GLASGOW Y NECRÓPOLIS
Conocida popularmente como la catedral de San Mungo (o Kentigern en inglés), este edificio histórico es el mayor símbolo de arquitectura gótica de Escocia. Con cierre a las 16.30 o 17.30h según si es invierno y verano, la entrada es gratuita y muy interesante.
Construida entre el siglo XIII y XV, es la única catedral medieval que sobrevivió a la reforma protestante de finales del siglo XVI. En ella, no sólo encontrarás la tumba de San Mungo (patrón de Glasgow) sino también una de las pocas escenas de crucifijo del país que sobrevivió a la reforma.
Destacan su colección de vidrieras de la postguerra, el púlpito tallado en piedra que separa el coro de la nave central, los techos del pasillo Blackadder construidos por el obispo del mismo nombre y la esfinge del obispo Wishart, gran amigo del célebre guerrero William Wallace.
Además, como curiosidad, si te encuentras un domingo por allí, el coro de la catedral ofrece repertorio musical a las 16h de la tarde.
Junto a ella, se encuentra la Necrópolis o cementerio de estilo victoriano del siglo XIX construido sobre un parque en el que yacen los restos de más de 50.000 personas. En uno de los cementerios más importantes de Europa y de acceso libre entre las 7 de la mañana y el anochecer.
Inicialmente un parque llamado Fir Park, en este cementerio comenzaron los entierros en el siglo XIX tanto de cristianos como judíos. Aunque privado, fue donado a la ciudad en los años 60 y ahora es público.
Sobre su construcción, se dice que la intención era crear catacumbas donde enterrar a los difuntos ya que en esa época el robo de cuerpos para la venta en hospitales estaba muy presente y era un problema. Sin embargo, tras la aprobación del uso legal de cadáveres para la investigación en 1832 esto ya no fue un problema.
La transformación del lugar estuvo a cargo de los hermanos Bryce y el jardinero George Mylne y el modelo sigue al francés Père-Lachaise en París. Ha tenido, además, varias extensiones e incluso hoy día es el doble de grande que el original y será en 1892 cuando se convirtió en lo que hoy día es la Necrópolis de la ciudad. Además, de muchas historias de fantasmas y curiosidades, durante la visita si la haces con guía verás obras de artistas tan importantes como Charles Mackintosh (quédate con este nombre porque estará presente en toda la ciudad) y Alexander Thomson, entre otros.
EL GOMA Y LA ESTATUA DE WELLINGTON
Si algo se dice de los escoceses es que son muy bromistas y muestra de ello la encontrarás en el GoMA o Galería Escocesa de Arte Moderno de la ciudad. Situado en una zona muy céntrica, este edificio de estilo neoclásico fue en sus orígenes una mansión de 1778 para el barón William Cunninghame de Lanishaw, uno de los comerciantes transatlánticos de tabaco más ricos del siglo XVIII.
Pero aunque eso es lo que ves en el exterior, por dentro es bastante distinto. Tras la muerte del barón pasó por varias manos y distintos usos, en 1996 por fin se convirtió en la Galería de Arte Moderno diseñada y reformada por la artista Niki de Saint Phalle. De hecho, del edificio original apenas encontrarás detalles si lo visitas en su interior.
Pero si no te apetece ir, al menos ve a ver su exterior y, sobre todo, la estatua ecuestre del duque de Wellington erigida en su entrada en 1844. Lo curioso de ella es el cono naranja que se puede observar en su cabeza y del que nadie tiene una explicación del origen.
Por lo visto, hace unos 20 años apareció una mañana tras lo que se cree que fue una gamberra de una noche de fiesta y una forma de gastar una broma y, aunque el Ayuntamiento ha intentado retirarlo en muchas ocasiones por el deterioro que supone para la obra, siempre ha vuelto a aparecer. Es tan o más famoso que el propio edificio de GoMA que es imagen de postales y souvenirs de la ciudad. Bastante asombroso, ¿verdad?
MUSEO KELVINGROVE
Este museo es un imprescindible de la ciudad. De hecho, es uno de los museos más visitados de todo el Reino Unido y el principal atractivo monumental de la ciudad. Y, además, es GRATIS. Con un horario que empieza a las 10h (11h los domingos) y cierra a las 17h, su atractivo no sólo está en las piezas que alberga sino en el edificio en sí mismo que es una auténtica pasada.
La única pega que puede tener este museo es que está a unos 30 minutos caminando del centro de la ciudad por lo que no es especialmente accesible. En transporte público son 15 minutos y en taxi no llega ni a 10 minutos.
Cerca de la Universidad de Glasgow, el edificio es super llamativo e identificativo hecho de ladrillos rojizos y lo diseñó el arquitecto John William Simpson en 1901 (hace más de un siglo) pensando en él como un Palacio de Bellas Artes. Se inspiró en el barroco español y, de hecho, notarás ciertas similitudes con muchas iglesias españolas de la época, especialmente en la Catedral de Santiago de Compostela en la que se dice que el autor se inspiró.
En sus dos pisos de altura alberga unas 22 galerías por lo que está claro que no podrás ver todo y es una pena porque es increíble. Una de las zonas más destacadas que puedo recomendarte son las obras clásicas entre las que encontrarás unas de las colecciones más importantes de las escuelas holandesas y flamencas de pintura del s. XVII, pero además, destaca el Cristo de San Juan de la Cruz de nuestro pintor Salvador Dalí y obras del gran célebre artista escocés Charles Mackintosh. Sí, el mismo del que hemos hablado antes.
Si, por el contrario, eres más de fan del arte natural estás de enhorabuena porque su colección de vestigios animales como fósiles de dinosaurios y otros mamíferos prehistóricos es increíble. Además, hay mucho material arqueológico de los primeros asentamientos escoceses.
Por último, y super recomendable, también encuentras toda la zona orientada al arte egipcio (sí, expoliado en época colonial) con piezas tan únicas como el sarcófago de piedra de Pa-Ba-Sa.
Como destacados tienes que visitar a Sir Roger el enorme elefante disecado traído desde la India a comienzos del siglo XX. En la misma zona encontrarás también una avioneta Spitfire LA 198 que interceptaba vuelos enemigos durante la II Guerra Mundial. También es muy recomendable la lápida vikinga hecha en piedra Hogback o la armadura Avant que se conserva de la Edad Media en su totalidad.
GLASGOW BOTANIC GARDENS
Otra parada obligatoria en Glasgow es, sin duda, sus jardines botánicos que son gratis y al aire libre. Bueno, la mayor parte de ellos. El acceso es desde las 7am hasta que oscurece para sus terrenos. Pero aunque son espectaculares, y te contaré más sobre ellos, lo más impresionante son los dos invernaderos de cristal que suelen estar abiertos entre las 12-1pm y las 4pm.
Pero antes, te cuento su historia. Como la mayor parte de los jardines botánicos europeos, se creó a comienzos del siglo XIX en un terreno más reducido del que ocupa actualmente. Su nacimiento se debe a que se consideró un elemento clave en la formación académica de los estudiantes de la universidad de la ciudad que, de hecho, está muy cerca. Thomas Hopkirk fue el gran impulsor de este proyecto. Botánico nacido en la ciudad, acordó con la universidad el uso de sus plantas para experimentos que sirvieran tanto en la enseñanza de la medicina como de la botánica.
Los jardines embellecidos y con una gran cantidad de plantas se convirtieron en el lugar ideal para los habitantes para pasear y con los años se fue agrandando hasta ser lo que es hoy día.
Pero si algo llama la atención del jardín, tal y como ya he comentado, son sus impresionantes invernaderos. Especialmente el Kibble Palace.
KIBBLE PALACE
Su estructura es de hierro forjado y fue creado durante la época victoriana. En él podrás encontrar flores y plantas propias de climas cálidos, sobre todo procedentes de países asiáticos y latinoamericanos, y una colección de helechos australianos increíble.
Además, tiene una exposición de esculturas preciosa que invita a pasear y dejarse soñar en una época anterior.
Como anécdota, fue diseñado por John Kibble para su propia casa y concedido como lugar de reunión de intelectuales en los que reunirse a escuchar conciertos y participar en charlas y conferencias.
El otro invernadero, el Main Range, alberga especies tropicales y también merece la visita, especialmente su sección de plantas carnívoras que no me pudo resultar más interesante.
También dentro de los jardines tienes la rosaleda, el estanque de peces y plantas acuáticas y el salón de té. Este último un lugar perfecto para tomar algo y tomarse unos minutos para disfrutar del entorno tranquilamente. Eso sí, no es precisamente barato.
THE LIGHTHOUSE
Ya te he hablado de Mackintosh y algunas de sus obras (y alguna más que te nombraré) pero me parece interesante que, antes de hablarte de The Lighthouse (otra obra suya) te cuente un poquito más de este gran personaje. Para que te hagas una idea (y salvando las distancias) Mackintosh fue para Glasgow lo que Gaudí fue para Barcelona. Bueno, y son.
Nacido en 1868 fue un arquitecto, diseñador y acuarelista escocés que tuvo una gran importancia en el movimiento “Arts and Crafts” y máximo exponente del “Art Nouveau” en Escocia. Predecesor del modernismo, trató de reformar rompiendo con todo lo anterior.
Formó parte del grupo “The Four” de la Escuela de Glasgow y aunque a día de hoy es un gran personaje, no fue muy querido en su época. Lamentablemente murió en la miseria, dicen que muy relacionado con su afición a la bebida.
Si volvemos a The Lighthouse, es un faro medio escondido entre los edificios de Mitchell Lane, a 3 minutos de la calle Buchanan (la más popular y céntrica de la ciudad) y es uno de los mejores miradores de la ciudad. En él se celebran exposiciones temporales de diseño y arquitectura y es uno de los mejores ejemplos de la peculiar arquitectura entre modernista e industrial de nuestro arquitecto Mackintosh.
El edificio fue diseñado a finales del XIX y fue un encargo del Glasgow Herald (periódico local) a un joven Mackintosh, pero no como oficinas sino como almacén adyacente a la zona donde se imprimía el periódico, que albergaba en su torre un tanque de agua gigantesco para poder actuar con rapidez en caso de un (más que posible para la época) incendio.
Estuvo en uso para el período hasta los años ochenta en la que se trasladaron y quedó abandonado. No será hasta 1999 que fue reinaugurado, tras una reforma, como centro de Diseño y Arquitectura de Escocia.
A pesar de su carácter funcional, te recordará a los castillos escoceses por sus formas y su piedra rojiza tan característica. En él encontrarás un mirador en la parte de Mackintosh Tower por el que se accede subiendo unas escaleras en espiral increíbles y exposiciones en el Mack Center junto a una cafetería.
Además, por si te interesa, hacen visitas guiadas por 5£ los sábados a la 1pm de unos 40 minutos.
BUCHANAN STREET
Dejando atrás la parte más cultural, nos adentramos en la parte más comercial y social de la ciudad. Y esa es, principalmente, Buchanan Street, la calle más comercial de la ciudad.
Pero no sólo compras verás en esta calle sino también la estación de trenes que, entre otros destinos, te llevará a Edimburgo, y un montón de ambiente y músicos callejeros que te mantendrán entretenido mientras haces un poco de turismo de compras y curioseas entre las tiendas, especialmente aquellas dedicadas a los kilts escoceses. Por cierto, ten en cuenta que es un símbolo cultural y de importancia histórica así que trátalo con el respeto que se merece.
De esta calle, quizá lo que más me impactó son las galerías Buchanan, un centro comercial de grandes presupuestos que, sin embargo, da para un paseo a la arquitectura con esas escaleras mecánicas tan simétricas.
THE WILLOW TEA ROOMS
Pero si algo tengo que recomendarte de esta calle, eso es sin duda The Willow Tea Rooms, un salón de té decorado por el mismísimo Mackintosh en la que vivirás una experiencia única y tan británica como es tomar el té.
Inaugurado en 1983, Anne Mulhern retomó la historia de Kate Cranston, famosa emprendedora de los salones de té de Glasgow y una de los mayores benefactores de Mackintosh. Fue realmente el hermano de Kate el que comenzó el que fue el primer salón de té de la ciudad. Era importador del té y decidió abrir una tienda en la que vendiera té dando a probar el producto a sus clientes. Con el tiempo, incluyó sillas y mesas y comenzó a vender tazas de té con porciones de tartas por un extra opcional.
Fue tal la acogida que comenzaron a surgir más en la ciudad y Kate fue una de ellas. Abriendo cuatro establecimientos, enseguida se popularizó sus locales, en gran medida, por el carácter y la atención de la dueña. Empleadora ejemplar, Kate visitaba a sus trabajadoras y las tenía aseguradas velando por su bienestar. Tal es así que por lo visto se aseguraba que comían, al menos, tres veces al día y daba un pago adicional a las que provenían de familias grandes y pobres.
Además, pese a la fama que tenía de anticuada (sobre todo debido a su vestimenta y formas), confió en George Walton y Mackintosh (dos desconocidos del momento) para darles un interior único a sus locales que fue aclamado en la época y que seguro que te llamará la atención. De hecho, los salones Willow son los únicos en los que Mackintosh tuvo el control absoluto sobre el diseño, el mobiliario, la distribución de espacios y el aspecto exterior. Lo que verás hoy día, sin embargo, son reproducciones, pero parte del mobiliario podrás verlo en el Kelvingrove.
El menú tradicional del afternoon tea cuesta 13.95£ aunque también puedes pedir sólo unos scones o sandwiches con el té que prefieras. Además, también sirven desayunos y bebidas y es un planazo si estás en la ciudad. Te recomiendo que reserves tu mesa porque suele estar bastante lleno.
FESTIVALES Y COMIDA
Pero si de algo podrás disfrutar en la ciudad es, sin duda, de la música y algún festival con comida callejera de esas que a mi tanto me gustan. Pregunta donde te alojes o simplemente pasea por la ciudad y encontrarás lugares increíbles donde tomar una pinta y comer comida local. Y sobre esto, hay tres cosas que no te dejarán indiferente.
WHISKY
Que Escocia es uno de los productores más grandes del mundo en Whisky no es ningún secreto, pero no sé si sabías que hay bares especializados en este oro ambarino en el que encontrarás decenas o cientos de referencias de todos los tipos y connotaciones. Vaya que el whisky es en su cultura lo que en la nuestra es el vino o la cerveza.
Puede ser que el local sólo sirva Whisky
Y si no lo has probado, te recomiendo que lo hagas. Porque ya lo dice el refrán… donde fueres haz lo que vieres. Te confieso que yo no había probado nunca el whisky hasta que llegué ahí y, como todo, si el producto es bueno y das con un camarero que entiende, encontrarás aquel que encaja contigo. En mi caso, el whisky con miel.
A mi me recomendaron ir a The Piper Whisky Bar y salí encantada. Además, tienen música en directo algunas noches y me resultó un planazo. Y tranquil@ que sirven algunas otras bebidas si al final no te apetece probar, así como comida.
HAGGIS
Los haggis son un plato escocés muy condimentado y de sabor intenso. Normalmente se elabora a base de asaduras de cordero u oveja mezcladas con cebollas picadas, harina de avena, hierbas y especias, todo ello embutido dentro de una bolsa hecha del estómago del animal y cocido durante varias horas. Quizá no suena muy apetitosa, pero para ellos es una delicia y he de decir que está realmente bueno por la condimentación.
Si eres vegetariano, no te preocupes porque hay versiones vegetarianas en los pubs y sabe igual aunque sin nada de carne debido a las especias que usan y que, por supuesto, es un secreto que cada local se guarda.
Este plato también da lugar a muchas bromas de los locales porque cuando un turista pregunta qué es suelen decir que es una pequeña criatura de cuatro patas de las Tierras Altas de Escocia que tiene los miembros de un lado más cortos que los del otro debido a la pendiente de las montañas. Pero bueno es de esperar del país que eligió al unicornio como animal nacional. A mi me recuerda a la historia de los gamusinos, ¿no te parece?
Sea como sea, ellos están orgullosos del plato y si quieres vivir la auténtica Escocia, te lo recomiendo.
DEEP-FRIED MARS BAR
Y de un plato curioso a un postre aún más, el Deep-Fried Mars Bar que, como su nombre indica, es una barrita de chocolate de la marca Mars rebozada y frita. Una auténtica guarrería que se popularizó a mediados de los noventa. ¿La razón? Los comentarios irónicos de los medios ingleses sobre la insalubridad de la dieta urbana escocesa. ¿El resultado? Cada vez se consume más este postre y se sirven en muchos locales callejeros y pubs de toda Escocia, especialmente en Glasgow.
¿Que cómo sabe? Asombrosamente bueno pero intensamente pesado.
Y hasta aquí mis recomendaciones de Glasgow y sus 8 visitas obligadas. Sin duda una ciudad para descubrir y disfrutar. ¿Has estado? ¿Te gustaría que hablase de alguna parte de Escocia en particular?