Visitando Essaouira
En mi paso por Marruecos, no podía perderme la que, sin duda, era una de las ciudades más bonitas del país. Voy a explicarte cómo fue visitando Essaouira.
El día comenzó muy temprano con un desayuno en el Riad Dar Justo, el lugar que escogí mientras pensaba cómo organizar un viaje a Marruecos.
Aunque podría haber ido de mi cuenta, esta vez me decanté por contratar una excursión de día a Essaouira.
El viaje reservado se realiza con una agencia local de excursiones en una minivan con otras 6 personas. El conductor/guía que nos llevó hablaba muy bien en español y nos estuvo contando algunos datos interesantes de camino a Essaouira. Fueron casi 6 horas de camino en la que hicimos dos paradas.
Recuerda que, especialmente si viajas al extranjero, lo ideal es que contrates un seguro de viaje. Yo te recomiendo hacerlo con Heymondo y encima, si reservas a través de este enlace, te harán un 5% de descuento.
La primera parada fue para que pudiéramos visitar una cooperativa de mujeres de argán. Aunque ya había podido ver alguna durante el viaje al desierto de Merzouga, es cierto que en esta ocasión tuve la oportunidad de ver el proceso más detalladamente y explicado de primera mano por las mujeres que trabajaban allí. Fue toda una experiencia y aproveché para comprar un poco de aceite de argán y un tarrito de miel.
La segunda parada fue breve y bastante curiosa. Pudimos ver cómo las cabras subían a los árboles y se mantenían en las ramas del árbol de argán. Hoy día, tras mis años de viajes y mi consciencia de lo que el turismo hace a las personas y a los animales, es algo que no repetiría. Engañan a los animales con comida para el «disfrute» de turistas como tu y yo mientras te piden dinero por esa «foto» para el recuerdo. Algo que obviaría si repitiera el viaje. Si quieres compartir tu opinión, me encantará leerla en comentarios.
Sobre mediodía, llegábamos a Essaouira. Un pueblo costero cuyo casco histórico es considerado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Conocido por seguidores de la serie Juego de Tronos y habiendo albergado a muchos famosos como Jimmy Hendrix, este lugar no necesita de nada para brillar por sí mismo.
Llegada a Essaouira
Comenzamos nuestra visita a Essaouira acompañados de un guía oficial. Desde diferentes escenarios, pudimos conocer su historia y su idea de convivencia que cerca está de una utopía. No en vano es de los pocos lugares en el mundo que puede decir que es capaz de acoger a las tres grandes culturas del mundo en armonía durante años. Y es que en ella podemos ver cohesionadas raíces judías, cristianas y musulmanas. Fue una visita muy enriquecedora, a la vez que instructiva, desde un punto de vista cultural.
Pero si algo sobresale en Essaouira, a parte de su historia, es su gastronomía. No hay más que pasear un poco para descubrir que el producto estrella del pueblo es el pescado y los mariscos. Y a unos precios increíblemente baratos si te gusta este tipo de comida.
Nosotros nos decantamos por ir a la parte de la ciudad al lado del puerto pesquero donde hay puestos que ofrecen la pesca del día a precios increíbles. El sistema era muy simple. Primero miras, eliges lo que te apetece con un vendedor. Éste lo pesa y acuerda contigo el precio a pagar. Entonces lo cocinan en el momento y te lo sirven en unas mesas alargadas que tienen. Nosotros nos decantamos por unos mejillones, unas ostras, unos erizos de mar, unas sardinas, una dorada, unos calamares y un poco de langosta. Todo por unos 10-15€ los dos, incluyendo bebida, pan y una ensalada para acompañar.
Tras la pequeña mariscada, y aún teniendo tiempo hasta la salida de regreso, lo mejor es dar un paseo por la playa. Está permitido bañarse y, de hecho, verás a mucha gente haciéndolo si vas en verano. Eso sí, recuerda que la religión más extendida es la musulmana. Por ello, verás a hombres y mujeres con niños separados mientras se bañan.
Recuerda que, aunque las cosas se hagan de otra manera en el lugar donde resides, debes intentar entender y respetar las normas del lugar que visitas.
De hecho, es por eso que yo aprecio tanto viajar. Para vivir y observar diferentes formas de ver el mundo, entenderlas y tener una visión más amplia del mundo que me rodea. Sin juzgar, sólo aprendiendo.
Aunque no me bañé, sí que metí los pies en el Atlántico. Te recomiendo que lo hagas, disfrutar de un poco de agua fresca con altas temperaturas, es un lujo.
Nuestro recorrido por el paseo marítimo nos llevó de vuelta a la ciudad y a sus callejuelas que te cubren del sol abrasador, llenas de mercados, talleres y tiendas artesanales. Allí, hicimos nuestro mejor esfuerzo regatenado para comprar un par de obsequios.
El tiempo restante lo pasamos tomando un helado y escuchando música en una plaza. Nuestra visita a Essaouira llegó a su fin e iniciamos un camino de vuelta que fue largo, pero que nos permitió disfrutar del paisaje de vuelta.
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