Visitar Bonn en un Día
Hay muchas ciudades alemanas muy bonitas y con mucha historia, pero si está entre tus planes visitar Colonia, no te olvides de ir a Bonn, la ciudad natal de Beethoven y antigua capital de la Alemania Federal. Aquí te cuento todo lo que debes saber para visitar Bonn en un día.
Pero empecemos por el principio…
¿Cómo llegar a Bonn?
Para llegar a la ciudad, lo más fácil es hacerlo desde Colonia, una ciudad a donde puedes volar desde diferentes ciudades españolas.
Para llegar desde Colonia a Bonn, tendrás que coger un tren en la estación central (Hauptbahnhof) hasta la estación central de Bonn. Yo cogí el RE 5 desde el andén 9.
Lo mejor si vas en grupo es comprar un ticket de 24h que sirve para hasta 5 personas (cuantos más seáis, más barato saldrá). Lo puedes obtener en las máquinas de la estación (tranquil@ también están en español) y su precio es de 27,90€. Sólo tardarás unos 20 minutos en llegar.
Ruta por Bonn y alrededores
Lo que más reclamo tiene en la ciudad de Bonn es, sin duda alguna, la casa donde nació Beethoven. Este lugar de peregrinaje para los amantes de la música clásica, también es el gran reclamo turístico de la ciudad.
Desde la estación de tren, puedes ir no sólo a visitar la casa de Beethoven sino ir caminando a prácticamente cualquier rincón de una ciudad bastante animada.
Lo primero que debes hacer, sobre todo si la visitas en invierno, es calentarte con un buen chocolate, un café o cualquier té que se te ocurra. Para ello, te recomiendo que te pases por Épi Boulangerie Patisserie que verás nada más salir de la estación a unos 150 min.
Una vez reponemos fuerzas, seguir nuestro paseo por esta bonita ciudad es más agradable.
Historia de la ciudad
Pero antes de seguir paseando por sus calles, querid@ lector@, voy a ponerte en contexto para que tu paseo tenga una visión más amplia. Para ello, debes saber que la ciudad, a orillas del río Rin (sí, el de los Nibelungos), tiene origen romano (aunque algunos dicen que incluso celta en cuya lengua bonna significa ciudad). Pero no será hasta su época carolingia que la ciudad se convirtió en un centro religioso.
Es gracias a este período que debemos la majestuosidad de muchos edificios que verás recorriendo sus calles. Su estilo barroco con toques de art nouveau, elegante y majestuosa, procede de esta época. Y en ella, precisamente, ubicamos a su personaje más ilustre: Ludwig Van Beethoven del que hablaremos más tarde.
Su historia estuvo llena de idas y venidas hasta la finalización de la II Guerra Mundial donde, contra muchos pronósticos, se erigió como capital de la Alemania de los Aliados (o la Alemania Federal) por ser una ciudad situada mucho más cerca de occidente y nada relacionada con el pasado prusiano y nazi. Aunque, desde mi punto de vista, esto es ligeramente cuestionable.
Tras la unificación de Alemania al finalizar la Guerra Fría, dejó de ser capital de Estado, pero siguió conservando su personalidad política y diplomática. Muestra de ello es que es sede de estamentos de la ONU y, en ella, se han dado lugar muchas cumbres de la Unión Europea.
Tras este pequeño contexto, creo que necesario para entender la ciudad, continuaremos con nuestro paseo.
Y es que nuestra primera parada está prácticamente delante. Se trata de la catedral de Bonn.
Catedral de Bonn
La catedral de Bonn es el el monumento conmemorativo más antiguo al norte de los Alpes. Ha sido el símbolo de la ciudad de Bonn desde el siglo XIII (iniciada en el s. XI), fusionando elementos de estilo románico y gótico para crear una rara armonía. El mobiliario, sin embargo, procede en su mayoría de la época barroca.
La catedral puede visitarse libremente o con una visita guiada que, lamentablemente, se hace sólo en alemán. Su precio, por si dominas esta lengua, es de 8€ y puedes reservar tu plaza en su web.
Los horarios en los que se abre es el siguiente:
- Lunes a Viernes: de 7.30h a 19h
- Sábados: de 8:30h a 19h
- Domingos y festivos: de 11 a 19h
Además, si quieres visitar su claustro, los horarios son:
- Lunes a Sábados: de 10h a 17h
- Domingos y festivos: de 14h a 17h
Münsterplatz
Tras esta parada al lugar de culto principal de la ciudad, continuamos nuestro recorrido en la plaza Münsterplatz, una de las tres plazas más grandes y conocidas de la ciudad y la que alberga el mercado navideño de la ciudad cada año. Además, allí encontraremos el primer vestigio de que estamos en la ciudad de un gran compositor.
Efectivamente, si aún no lo has adivinado, te hablo de una estatua dedicada, ni más ni menos, que a Beethoven. La misma es muy fácil de ver ya que se encuentra en el centro de la plaza. Justo delante de Altes Postamt Bonn, o en castellano, la oficina de Correos de la ciudad.
La oficina, de estilo rococó, tiene su origen en 1876; pero antes de serlo, fue monasterio, palacio e internado. De hecho, el edificio, con fachada rococó, data de 1751-53 y recibió la visita real de la reina Victoria de Inglaterra que se desplazó a la ciudad en el s. XIX para la inauguración de la estatua en honor del gran compositor que tú puedes ver hoy día en el centro de la plaza.
De esta plaza, hay un detalle anecdótico más que te va a llamar la atención: la Bonner Pranger o picota. Y sí, hace referencia a la expresión «poner en la picota». Situada muy cerca de la catedral, es un lugar digno de observar.
Por si no lo sabías, «poner en la picota» a alguien hace referencia a ponerle en evidencia por algún crimen o agravio que haya cometido. Y es que esto procede de la edad medieval donde, de forma literal, se anudaba a la gente en una picota o columna para evidenciar que había cometido un crimen por el que estaba siendo castigado.
Este hecho se producía en un lugar público como la plaza de la ciudad donde se le ataba con una placa que explicaba sus delitos y, a menudo, con ropas llamativas. Allí, durante horas, o incluso días, los ciudadanos podían reírse y tirarle comida. Tal popularidad alcanzó que en 1757, la “diversión” de los ciudadanos de arrojarle basura pasó a tener un pago.
Es importante entender que no sólo era un tema de castigo, sino también de persuadir al resto de la ciudadanía que tuviera deseos de cometer algún crimen. El último castigo de picota documentado data de 1851.
Si continuamos nuestro paseo por la Dreieck str. y Acherstraße str, veremos ese aire barroco y art nouveau de la ciudad así como un sinfín de tiendas donde se entremezcla lo local con las tiendas más reconocibles. Si continuamos paseando por sus calles, llegaremos a nuestra siguiente parada: las plazas Remigiusplatz y Marktplatz.
Marktplatz y Remigiusplatz
Aquí lo primero que te llamará la atención es la famosa señal de Bonn con un beso en vez de la O que puedes ver en la imagen en Remigiusplatz.
De fondo, encontrarás el Ayuntamiento de Bonn. Edificio del S. XVIII de estilo rococó, es, en muchos aspectos, el alma de la ciudad. Eso sí, por falta de dinero, la fachada no se pudo terminar hasta 1779.
En su historia se cuentan muchos detalles que intentaré resumirte. Entre ellos, el árbol que está enfrente y puedes ver en la foto. Fue plantado en 1794, cuatro días después de la captura de la ciudad por las tropas revolucionarias francesas, y se erigió como un «Árbol de la Libertad» decorado con una gorra jacobina y un tricolor.
En la ciudad se le conoce como el «salón» y, aunque su origen data de siglos atrás, la verdad es que el edificio es mucho más moderno. La realidad es que el 18 de octubre de 1944 se quemó hasta los muros exteriores tras un ataque aéreo durante la II Guerra Mundial. Será en 1949 cuando los habitantes de Bonn comenzaron la reconstrucción que finalizó un año más tarde y retomó su aspecto original.
Si te está gustando este recorrido y quieres más detalles, siempre puedes apuntarte a un Free Tour como este que te dejo aquí.
Dejando atrás esta maravilla, nos adentramos en la Marktplatz, o plaza del mercado. Es fácilmente reconocible porque normalmente hay puestos de comida a la venta en ella; al menos, durante la mañana.
Aparte de comida y un lugar de reunión para los locales y turistas, en ella encontrarás el Erinnerungsmal Bücherverbrennung o, lo que es lo mismo, el memorial de la quema de libros.
Este monumento es un conjunto de 60 libros de bronce en la acera del mercado que actúan como letreros de lectura y hacen honor al atroz acontecimiento que dio lugar el 10 de Mayo de 1933 donde ocurrió la quema de libros por el partido nacionalsocialista alemán y sus simpatizantes.
Si estás por la zona y te entra el hambre, este es el momento de reponer fuerzas con uno de los puestos del mercado o en el Frites Belgique de la esquina con Sternstraße donde degustar unas patatas fritas y alguna de las salchichas más famosas de Alemania.
Tras nuestra parada, retomamos camino por la calle Bonngasse donde encontraremos la versión de Bonn para el paseo de la Fama. Y es que si te fijas en el pavimento, verás personajes ilustres de la ciudad como si de actores y cantantes de Hollywood estuvieramos hablando.
Esta pequeña calle nos lleva a nuestra siguiente parada, y la más importante casi. Nos lleva a la Beethoven-Haus. Efectivamente, la casa de Beethoven.
Beethoven-Haus
Lo primero que debes saber sobre Beethoven y este lugar es que fue la mismísima casa en la que nuestro compositor nació y vivió parte de su vida, aunque murió en Viena.
De familia de músicos, nació en esta casa construida en el siglo XVIII en Diciembre de 1770. Debido a su interés histórico y cultural, la casa es una de las pocas que quedan en pie en Bonn de esta época. La fachada de piedra barroca incluso data de los s. XII-XIII.
Durante el recorrido por la misma (en la que no se puede grabar ni hacer fotografías), pasas por varias salas donde los Beethoven, y en especial el que nos interesa, vivían, tocaban y gestionaban sus asuntos.
Llena de objetos, partituras, cartas,… que te permitirán conocer a uno de los grandes compositores de todos los tiempos desde un punto de vista mucho más cercano y humano. No en vano es uno de los museos de música más frecuentados del mundo y uno de los 100 lugares más populares de toda Alemania.
La visita va acompañada de una audiguía que te descargas en el móvil (tienen wifi) y en varios idiomas por lo que se hace amena y muy interesante.
La entrada tiene un coste de 12€, pero te recomiendo que revises su web porque los precios pueden variar.
Por si te interesa, te dejo los horarios a continuación:
- Miércoles a Lunes: 10h a 18h.
- Martes sólo para grupos
- El museo cierra: 24, 26 y 31 Diciembre, 1 de Enero y Lunes y Martes de Carnaval.
Dejando atrás a nuestro gran amigo musical, seguimos nuestra ruta por la ciudad al siguiente rincón: Hofgarten.
Kurfürstliches Schloss y Hofgarten
Muy cerca del Marktplatz, nos encontramos con Hofgarten o, lo que es lo mismo, el parque de la actual Universidad de Bonn. Pero hay mucho más detrás de ser el gran parque de la ciudad y parte de la universidad. Sigamos con nuestra ruta de visitar Boon en un día.
Para entender el jardín, debemos fijarnos el edificio que hoy día alberga la universidad, el Kurfürstliches Schloss. Era, ni más ni menos, que el palacio en el que residían los príncipes electores.
Emplazado en el mismo lugar en el que Ernst de Baviera creara su palacio cuando nombró a Bonn la capital en 1597, la destrucción del mismo creó un nuevo palacio más similar al actual un siglo después.
Tras un incendio en 1777, el edificio se modificó hasta tener la forma que tiene hoy día y se convirtió en sede de la universidad allá por 1818. Sin embargo, durante la Segunda Guerra Mundial, el castillo sufrió graves daños a causa de los ataques aéreos y su reconstrucción acabó en 1957.
Los jardines, como ya te has podido imaginar, siempre formaron parte del palacio como lugar de recreo; primero para los príncipes electores y, posteriormente, para los universitarios. En él, alberga incluso un jardín tipo inglés con árboles exóticos por si te animas a pasear por ellos.
Y después de recorrer sus jardines, toca endulzarnos un poco, ¿me acompañas?
HARIBO Store
Y es que visitar Bonn en un día no está completo sin una de sus paradas más dulces, la visita a la tienda de HARIBO. Pero antes de atiborrarnos a ositos de gomilona, y todo lo que podamos, déjame que te cuente su historia.
Para ello, necesitas conocer a su personaje más ilustre, su fundador Hans Riegel. Nacido cerca de Bonn, comenzó aprendiendo el oficio de confitero y fundó la empresa HARIBO en 1920.
¿Sabías que significa la palabra HARIBO? Pues HAns RIegel BOnn.
No será hasta dos años después que inventó el famoso Osito de gominola que todos conocemos y adoramos de HARIBO. O al menos el original. De hecho, era más grande que los Ositos actuales, pero también más delgado y apenas costaba dinero. Desde entonces, la empresa ha crecido mucho y fruto de ello es la tienda que podrás encontrarte en Am Neutor Str.
En los alrededores
Y si tienes tiempo, o no lo tienes y prefieres saltarte algunas de las cosas que te explico arriba, te recomiendo que visites El Castillo de Drachenburg.