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EL CASTILLO DE DRACHENBURG

Todo castillo tiene una historia, pero también leyendas y mitos que te atrapan. Y del que vengo a hablarte hoy, no podía ser menos. Hoy quiero contarte todo sobre un castillo de dragones: el castillo de Drachenburg a las afueras de Bonn, en Alemania.

La Historia del Castillo de Drachenburg

Para empezar la historia de este maravilloso lugar, debo contarte un secreto, no es un castillo medieval sino un castillo relativamente reciente de finales del s. XIX. Y su próposito no fue nunca el de defender un territorio, sino que fue creado e ideado como residencia.

Fue Stephan Sarter quien, en 1882, contrató a varios arquitectos para que construyeran una residencia mezcla de villa, mansión y castillo. En definitiva, para que construyeran el Castillo de Drachenburg.

Stephan Sarter, o mejor dicho el barón Stephan Sarter, hizo su fortuna trabajando en bolsa. Con ello, no sólo se compró el título nobiliario de baronía y financió el Canal de Suez, sino que también quiso tener una residencia que estuviera a la moda y proyectara la visión que tenía sobre su recién adquirida posición nobiliaria.

Lo curioso es que él nunca vivió en el mismo y, tras su muerte en París en 1902 sin herederos ni testamento, el castillo pasó a manos del Estado de quien lo compró su sobrino Jakob Biesenbach. Él lo convirtió en un resort de verano donde ir a pasar la época estival y disfrutar de comida, lujos y caza.

A lo largo de los años, sin embargo, fue pasando de mano en mano y llegó a a ser un internado católico de chicos (1931), un colegio de élite para formar a jóvenes nazis (II Guerra Mundial) y un centro de entrenamiento para el sistema ferroviario alemán, entre otros, hasta que su estado fue tan lamentable que quedó en el olvido. Será en 1986 cuando el gobierno lo nombró museo y fue restaurado hasta su finalización en 2011 cuando se abrió sus puertas a los visitantes. Pero hay más…

¿Sabías que el nombre Drachenburg viene de la montaña en la que el castillo del Dragón está situada? La llamada Drachenfels o «roca del dragón».

No solo tiene una historia el castillo, sino que el mismo lugar en el que se sitúa (el Drachenfels) tiene su propia historia y tiene que ver con Wagner y su ópera más famosa y aclamada: el anillo del Nibelungo, basada en la mitología nórdica. Cuenta la leyenda que fue aquí donde Sigfrido (héroe de la mitología y parte de la ópera) mató al dragón que, a través de su sangre, le hizo invencible.

Mitología y leyendas aparte, en el camino al castillo encontrarás el «Nibelungenhalle”, con una colección pictórica en homenaje a Wagner por su composición, la cueva del dragón y un zoológico de reptiles.

Parte Trasera del Castillo

¿Cómo llegar al Castillo de Drachenburg?

Pero, ¿cómo se llega? Te preguntarás. Bueno, voy a contarte cómo hacerlo desde Colonia (pasando por Bonn) que es lo que yo hice y, particularmente, lo que creo que es más cómodo si visitas la zona.

El Castillo de Drachenburg se encuentra en la localidad de Königswinter (Alemania), cerca de Bonn, así que es ideal para una excursión de medio día desde ahí. De hecho, eso fue lo que hice junto a mi querida Irene de La Elegancia de Viajar.

Para llegar desde Colonia, tendrás que coger un tren desde la estación central (Hauptbahnhof) hasta la estación central de Bonn. Nosotras cogimos el RE 5 desde el andén 9. Lo mejor si vas en grupo es comprar un ticket de 24h que sirve para hasta 5 personas (cuantos más seáis, más barato saldrá). Lo puedes obtener en las máquinas de la estación (tranquil@ también están en español) y su precio es de 27,90€. Sólo tardarás unos 20 minutos en llegar. 

Una vez en Bonn, tienes que coger el metro número 66 hasta la estación de Königswinter. Este trayecto tiene una duración de unos 30 minutos. Se puede coger en la misma estación central o en otras paradas de la ciudad dependiendo de si vas direct@ o si has visitado Bonn antes.

Desde esta estación, tienes que caminar unos 10 minutos para comenzar la verdadera subida al castillo. Aquí te dejo el punto al que debes llegar desde la estación.

Desde aquí tienes dos opciones: o haces la subida caminando hasta el castillo (una subida algo empinada de unos 25-30 minutos) o bien coges un tren cremallera que te dejará en la misma puerta.

El tren cremallera (el más antiguo en funcionamiento de Alemania) tiene un precio de 12€ ida y vuelta y dura apenas 10-15 minutos en hacer el recorrido. Sin embargo, si no tienes dificultades y no te asustas ante una cuesta, te recomiendo que lo hagas caminando y disfrutes del valle del Rhin que se abre en cada giro del camino y del Nibelungenhalle que se encuentra a la mitad de la subida.

Otra opción, si eres un enamorad@ del ferrocarril, es que subas en tren y bajes caminando o viceversa. En su web encontraréis toda la información de horarios y precios (ten en cuenta que durante los meses de noviembre y diciembre está cerrado). 

Vistas durante la subida caminando

La Visita al Castillo de Drachenburg

Como se puede apreciar desde el exterior, la arquitectura del edificio combina diferentes estilos entre los que destacan el medieval y el renacentista, lo que le otorga un aire antiguo muy de moda durante el siglo XIX. 

Durante la visita, tienes dos opciones: apuntarte a una de sus visitas guiadas o ir a tu aire con un audioguía que puedes descargarte en tu móvil con el wifi del propio castillo. Yo hice esta última opción y fue increíble. Estuve unas 2 horas visitando cada rincón con calma y disfrutando de todo.

La visita comienza en el exterior y te guía a través de los diferentes patios y jardines que rodean el edificio, mientras vas descubriendo todas las referencias arquitectónicas que posee. Entre ellas, la más llamativa es quizás su parecido a la catedral de Colonia ya que uno de los discípulos del arquitecto de la catedral colaboró en la construcción del castillo de Drachenburg.

Una de las habitaciones

Llega el momento de que te adentres a su interior por la puerta principal y, de repente, sin tiempo a asimilarlo, te encuentras en un universo paralelo, en un retroceso en el tiempo que te cautiva, te deja embobad@ y sin palabras. Sin querer, te encuentras a primeros del s. XX y tratas de absorber todos los detalles, todos los rincones que tus sentidos perciben. Y todo comienza con esa escalera de acceso que es una auténtica obra de arte.

De esta belleza pasas por las diferentes estancias entre las que se encuentran varias habitaciones, un salón, un comedor, una biblioteca, un salón de juegos, una sala de música y una galería. Todo ello restaurado y con gran meticulosidad. Debes entender que un alto porcentaje de todo lo que se ve tuvo que ser restaurado o rehecho usando fotos de la época. Lo que no fue destruido con los bombardeos de la II Guerra Mundial, fue saqueado por los lugareños y gente de la zona.

Y cuando creías que lo habías visto todo, toca subir a una de sus torres para admirar, desde lo más alto, el castillo y sus vistas. ¡Y menudas vistas! El valle del Rhin y el pueblo de Königswinter se abre ante tus ojos como si abrieras una caja del tesoro. Todo es maravilloso, natural y con encanto y está ahí para tí.

Eso sí, no te lleves a engaño, y cuenta con que las ráfagas de aire, especialmente en días nublados, son elevadas y debes protegerte del viento.

Comedor

La entrada al Castillo de Drachenburg: precios y horarios

Pero Irene, ¿cuánto cuesta todo esto? Suena una visita cara. Pues la verdad, querid@ lector, es que en absoluto.

Los precios en 2023 son los siguientes:

  • Adultos: 8€
  • Niños de 6-17 años/Estudiantes: 6€
  • Ticket Familiar: 18€ (2 adultos+2niños)
  • Menores de 6 años: gratis

Los horarios del Castillo de Drachenburg en 2023 son:

  • 1 de enero al 6 de enero: cada día de 12:00 a 17:00.
  • 7 de enero al 3 de marzo: fines de semana de 12:00 a 17:00.
  • 4 de marzo al 1 de noviembre: cada día de 11:00 a 18:00.
  • 2 de noviembre al 30 de diciembre: cada día de 12:00 a 17:00. (Cerrado el 24.12 y el 31.12).

Si quieres tener más información o tienes dudas, puedes visitar su web donde puedes comprar las entradas. También las puedes obtener en las taquillas de la entrada.

Entrada al castillo

¿Y después de la visita?

Ya has realizado la visita y te das cuenta que estás aturdid@ y ensimismado con tanto que procesar y necesitas parar y tomar algo para reponerte antes de comenzar el descenso. Y, para eso, también tengo la solución.

Si eres de los que, como yo, te gusta un buen refrigerio después de una buena visita o caminata, estás de suerte porque por la zona hay varios lugares donde tomar algo.

Yo te recomiendo uno muy cercano al castillo al que fui yo misma: el Winzerhäusen. Las vistas del Rin desde la terraza son espectaculares y, no nos engañemos, una cerveza, un vino caliente o un refresco mientras picas algo antes de bajar la cuesta siempre apetece.

Cerveza y vino caliente en Wizenhäusen

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