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VISITA AL CELLER DE CAN ROCA, UN SUEÑO CUMPLIDO

Y llegó el aniversario de uno de los momentos más deseados de mi vida. Llegó el primer aniversario de mi visita al Celler de Can Roca, un sueño cumplido y mi primer viaje de 2020. Bueno, prácticamente el único. Un viaje gastronómico que no solo cumplió un sueño, sino que me descubrió la encantadora y preciosa ciudad de Girona. Pero eso, querid@ mí@, es una historia que te contaré otro día.

Pero primero, para que puedas comprender las ganas que tenía de este momento necesito que pienses en algo que quieras, pero que quieras de verdad. Algo con lo que llevas soñando mucho tiempo y que no has podido conseguir por falta de recursos y/o tiempo, pero que no es totalmente inalcanzable. ¿Lo tienes? Pues ya sabes cuánto significa para mí haber comido allí.

Para que puedas entenderlo mejor (por si las dudas), nos remontaremos juntos al 21 de Agosto de 2018. Porque como toda historia épica que se precie, necesitamos unos antecedentes y un comienzo. Y ése fue el mío. Ese día entendí que tenía los recursos, la oportunidad y el tiempo de alcanzar uno de mis sueños. Esos que están en las listas de “cosas que hacer antes de morir” que salen en las películas y que todos tenemos aunque  no lo confesemos.

ORGANIZANDO EL VIAJE

CÓMO CONSEGUÍ MESA

Pero, ¿cómo conseguiste una mesa? Te preguntarás. ¿No hay una lista de espera de no sé cuántos meses? Sí, la hay y es de 11 meses. Entenderás entonces cómo tardé año y medio en ir desde el momento que lo decidí.

Ser uno de los mejores restaurantes del mundo te hace estar muy solicitado y sólo abren reservas a 11 meses vista por lo que el proceso de reserva es lo más parecido a una lotería que te puedas imaginar. Además, solo abren agenda el primer día del mes a las 00.00h para el mismo mes del año siguiente. Y las reservas vuelan en unos 5 minutos. Créeme, lo descubrí a las malas.

¿Qué significa eso? Pues que cuando el reloj dio las 00.00h de la noche del 1 de Septiembre ahí estaba yo frente al ordenador preparada para hacer mi reserva para 2 para ese día especial de Septiembre de 2019. Y, por supuesto, cuando conseguí entrar en la web a las 00.04 sólo quedaban 2 mesas de 10 y 12 personas respectivamente. Un auténtico desastre. Pero, ¿por qué no cogiste la mesa de 10 personas o cambiaste de día? Yo también lo pensé. A esa hora no quedaba nada en ningún día del mes para 2 personas. Y, además, si reservas para una mesa de más comensales de los que sois te cobran una penalización por cada persona que no vaya. Creo recordar que 100€ por persona. Como entenderás, no era una opción. Tocaba esperar al mes siguiente.

Calles de Girona

Para cuando llegó la noche del 31 de Octubre, ya no me importaba si era comida o cena, si era un día especial o no. Sólo me importaba que fuera fin de semana para que pudiera ir a Girona con tranquilidad. De hecho, estaba tan ilusionada que tanto mi pareja como yo estábamos preparadisimos con nuestros móviles para conseguir mesa.

Pero no sucedió. Ni en Octubre, ni en Noviembre ni tampoco en Diciembre. Para entonces, sólo buscábamos cualquier día a cualquier hora. Y nos había apuntado en la lista de espera de todos los festivos. Empezaba a pensar que mi sueño iba a quedar en eso, un sueño.

Y llegó Febrero, llegó el 28 y yo ya había perdido un poco la esperanza. De hecho, me quedé dormida y sólo quedó mi chico para intentarlo. Había perdido la ilusión. Pero como dice el refrán “Dios aprieta pero no ahoga” y sucedió. Me despertó con una simple frase “lo he conseguido cielo, tenemos reserva”. Y volvió la magia. ¿Lo habíamos conseguido? ¿teníamos mesa? ¿podía ser real? Pues sí, fue muy real y encima tuvimos la suerte de que cayera en sábado, el 1 de Febrero 2020 cenaríamos en el Celler de Can Roca.

LA ESPERA SE HACE LARGA

Tras este subidón quedaba la peor parte, la espera. Porque son 11 meses de espera. Pero por fin llegó el 2020 y con él, tocaba hacer los preparativos. Aún no sabíamos qué nos iba a venir en el año y yo sólo pensaba en que en un mes se haría realidad.

Como subiría en coche, sólo quedaba reservar el hotel para la noche del sábado siguiendo mis propios consejos. El resto del tiempo aproveché para conocer Girona y visitar a unos amigos. Ya estaba todo preparado, sólo tenía que llegar el 1 de Febrero. Y por fin llegó.

MONUMENTO A LOS JUDIOS DE EUROPA ASESINADOS

LA CIUDAD Y EL RESTAURANTE

Federal Café

La ciudad de Girona es preciosa. Y cualquiera que haya estado allí sabe que es cierto. Tiene un encanto medieval y ese toque de ciudad moderna pero sin pretensiones que me encanta. Si además le sumas que es una localización ideal para los amantes del buen comer (o foodies), no hace falta que te diga más. De hecho, allí descubrí Federal Café y otros locales en la plaza de la Independencia. 

Pero nada fue comparable a entrar en uno de los templos de la gastronomía mundial. La masía es espectacular, los detalles están increíblemente bien cuidados y el ambiente minimalista y de unión con el entorno natural es palpable a través de esa isla acristalada con árboles bien cuidados en el centro del salón. Además, los tonos neutros y el uso de la madera hace que te sientas a gusto, en casa. Y si encima te recibe en la puerta uno de los hermanos Roca, mejor que mejor, ¿verdad? Fue totalmente casual, pero bendita casualidad que estuviera allí Josep (el mediano) y que fuera él el que nos diera la bienvenida y nos ayudara con los abrigos. Porque ahí, justo en ese momento fue cuando todo empezó.

CURRY AT THE WALL

QUÉ ELEGIR

El interior Foto: El Celler de Can Roca

Una vez sentados en nuestra pequeña mesa, tocaba decidir. Tienen dos menús, el de clásicos de su carrera o el festival. La diferencia de precio es pequeña y realmente creo que merece la pena coger el festival. Si has llegado hasta aquí después de toda la espera, ¿realmente te vas a detener aquí? Eso es lo que pensé yo. 

El maridaje, sin embargo, era otro tema. Por mis dificultades alimenticias que ya conoces es imperativo que evite el alcohol en las comidas. Más si estas comidas no son cocinadas por mí por lo que preferí no arriesgar y disfrutar sin sobresaltos. Sí que ví y escuché cómo maridaban otras mesas y fue todo un gustazo así que si te gusta el vino y te animas, creo que bien te podría valer la pena. Yo me decanté por una copa para los aperitivos y agua el resto de la noche.

TOPOGRAFÍA DEL TERROR

EL MENÚ Y EL SERVICIO

Pero, ¿qué comiste? ¿Era tan espectacular como parece? Tranquil@, ahora te cuento.

No te miento cuando te digo que degusté 24 platos entre aperitivos, entrantes, platos principales y postres. Y a esto le tienes que añadir los petit-fours que me ofrecieron para llevar y acepté encantada. Y no es que acabes reventado, ya organizan el menú durante las casi 4 horas que estás allí para que no salgas rodando, pero tampoco con ganas de más. 

Contesa de espárragos y trufa

Pero, ¿y tus alergias? No te preocupes. Ya les había avisado con anterioridad (tienes que reconfirmar la reserva antes de los últimos 10 días o te quedas sin ella) y me informaron que cambiarían aquellos platos que no pudiese tomar por otros de los clásicos para que pudiera degustar un menú completo sin problemas. Si bien debo confesar que fue un pelín decepcionante el cambio de algunos viendo el original, en otros creo realmente que salí ganando.

Podría explicar con detalle todos y cada uno de los platos que degusté, pero te chafaría la sorpresa si te animas a ir y este artículo se haría eterno, ¿no crees? Es por eso que te pondré una galería al final con los platos. Pero si tengo que darte mis favoritos, estos, sin duda, serían: comerse el mundo, la memoria de un bar a las afueras de Girona, el helado de oliva verde y tempura de oliva negra, el mar y montaña vegetal, el souflé de trufa y lata de ternera, el pithivier de pichón con espinacas y trufas y el petricor (o como a mí me gusta llamarlo, el postre de tierra mojada).

Sobre el servicio, debo confesar que salí un pelín desencantada, pero no les culpo. No era la primera vez que iba a un restaurante con estrellas Michelin y debo decir que el año y medio de espera (junto con tantos años queriendo ir) generan unas expectativas que cuesta alcanzar. Asimismo, mis alergias especiales tampoco ayudan.

Dicho esto, y sin menospreciar, tuvieron un par de errores conmigo que creo que no deberían haber ocurrido en un lugar como este. 

Brioche de trufa

Por un lado, en un par de ocasiones me sirvieron platos con alimentos a los que era alérgica y tuvieron que retirarlos inmediatamente (suerte que se dieron cuenta antes de comenzar a comer). Esto supuso que tuviera que esperar por otro mientras mi pareja se comía el suyo. Puede sonar algo snob, pero la verdad es que en estos sitios las comidas se suelen servir sincronizadas y con unos tempos que rayan la perfección. Si a eso le sumas que casi consumo alimentos que no puedo… pues desmerece un poco, ¿no crees? 

Por otro lado, uno de los platos del menú me lo sirvieron quitando aquello a lo que era alérgica para que pudiera comémerlo en vez de cambiármelo como había ocurrido con anterioridad. No pasaría nada si no fuera porque el alimento en sí suponía la mitad del plato y, cuando lo vi junto al de mi acompañante me di cuenta que estaba desmerecido y a medias. Y eso, sinceramente, no me gustó. 

BEBELPLATZ & GENDARMENMARKET

CONOCERLES

Con Joan y Jordi Roca

Tras la velada y pletórica por haber cumplido un sueño, aunque con una ligera espinita por los detalles que te he contado, el momento llegaba a su fin. Tocaba marcharse.

Pero quedaba otra sorpresa y es que los hermanos siempre están ahí (al menos un par) y salen tras el servicio a saludar a los comensales y preguntar por la experiencia y ese fue un gran momento.

¿Te acuerdas cuando eras un adolescente y se te ponía la cara de tont@ cuando pensabas en tu ídolo? ¿Has vivido esa sensación de tenerlo delante y no saber qué decir? Pues eso justo fue lo que me pasó cuando me encontré a Joan y Jordi Roca enfrente de mí a la salida. No me lo podía creer. Fue el broche final a una velada única y que me acompañará siempre.

SEGUNDO DÍA O DÍA DE DESCUBRIR LA CIUDAD

CONCLUSIÓN

Y ahora sólo queda que me hagas la gran pregunta. ¿Mereció la pena? ¿Vale realmente lo que cuesta? Pues debo decirte que sí. Que vale lo que cuesta y que mereció la pena aún con todo lo que te he contado porque confesaré que ni mis expectativas ni mi condición alimentaria se lo pusieron fácil. 

Y eso debemos tenerlo en cuenta. Lo que me lleva a otra pregunta que seguramente te hagas: ¿lo recomiendas? Bueno, eso sólo depende de tí y de tus intereses gastronómicos. Yo sólo puedo decirte que estuve años con interés pero que no me atreví a ir hasta que consideré que había “madurado” gastronómicamente lo suficiente para que realmente pudiera apreciarlo y disfrutarlo. Porque, no nos engañemos, no vas a comer. O, al menos, no sólo vas a eso. Vas a vivir una experiencia a través del paladar que activa todos tus sentidos. Y eso es así. Si vale o no la pena para ti, solo tú puedes respondértelo. 

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¿Te ha gustado el artículo? ¿Tienes alguna duda sobre este o cualquier restaurante de estrella Michelin con el que te pueda ayudar? ¿Has comido en algún restaurante así y quieres contarme tu experiencia? Escríbeme en los comentarios y te responderé encantada.

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