BARCELONA,  FOODIE

DESCUBRIENDO HELADERÍAS

Cada vez se acerca más el verano y, aunque estamos en casa y nuestros desplazamientos son limitados, está claro que hay algo que nos empezará a apetecer en cuanto salgamos a la calle y notemos esa subida de temperaturas. Ese algo dulce y fresco es, sin duda, el helado. Hoy nos vamos a descubrir heladerías por Barcelona.

Porque no hay nada más apetecible, ligeramente dulce y saciante como un buen helado. A mí me gustan hechos con mimo y cremosos y debo decir que en Barcelona, si tengo que elegir un sitio para un buen helado… no sabría decidirme sólo por uno. Suerte que los tres lugares a los que iría no están cerca entre sí por lo que no tengo que elegir entre ellos. Si os encontráis cerca de uno de ellos no perdáis la oportunidad de probarlos. Os prometo que bien merecen un alto en el camino.

Para que vayas a donde más te interese

Rocambolesc

Como seguidora incondicional de los hermanos Roca, no podía faltar la heladería de Jordi, el menor de los hermanos. Con su rincón estrafalario a lo Willy Wonka en medio de las Ramblas y cerca del mercado de la Boquería y el Liceo, llama la atención en un lugar que, de normal, un establecimiento pasaría desapercibido rodeado de decenas de personas y establecimientos.  

Pero este sitio es especial, tanto en su fachada como en su interior y, como para muestra un botón, está su producto estrella, el Panet. Esa experiencia entre lo caliente y frío, lo dulce y ligeramente salado, lo cremoso y esponjoso al que nos transporta Jordi y sus oompa loompas. Un bollo caliente relleno de una bola de helado y tres toppings a tu elección. Falta decir que tenéis que ir preparados para tomar una difícil decisión sobre cada paso del proceso en el que vosotros sois los maestros heladeros y el exigente comensal.

Y no te preocupes, si eres de los que les cuesta decidirse o de los que no les gustan los contrastes también tienen helados pensados en tarrina o en cucuruchos para todos los gustos. Y siempre cuentas con la ayuda de serviciales heladeros que te ayudarán en todo tu proceso creativo. 

Sin duda, todo un acierto en cualquier época del año con sus sabores como el de parmesano, el de violeta o el de manzana al horno y con precios que oscilan entre 3.5 y 5€.

DelaCrem

Si Rocambolesc aporta excentricismo y ubicación, DelaCrem es una heladería que se precia por sus sabores más convencionales pero hechos con la mejor materia prima posible. Un rincón pequeño y esquinero donde la magia está dentro pero el disfrute lo tendrás fuera.

Ubicado en una calle perfecta para pasear como es Enric Granados y cerca de la Plaça Universitat es la excusa perfecta para pasear rumbo al centro o a Diagonal mientras disfrutas de algo tan delicioso e inocente como un buen helado artesano. Además, si te encuentras en Passeig Sant Joan también puedes acercarte a su obrador por lo que no sólo no tienes excusa sino que tienes dos magníficas oportunidades de degustar uno de ellos.

Helados como el de panna italiana o de las frutas y verduras de temporada como el de melón, pistacho o castaña hacen las delicias de los paladares más exigentes. Además, su cucurucho tradicional y casero tiene ese sabor y textura que no te pasará desapercibido y te hará querer volver una y otra vez. Y para los que no son fans de la cremosidad, cuentan con una variedad de sorbetes que te dejarán saciado y sin palabras.

Lo mejor, sus precios entre 2.10€ en pequeño y 3.5€ en mediano. Eso sí, ármate de paciencia porque las colas suelen ser largas según horas del día y en cualquier época del año, pero prometo que merecerá la pena.

Paral·lelo

Por último, pero no por ello el que menos me gusta, en mi ranking de las mejores heladerías de Barcelona no podría faltar este pequeño establecimiento de sabores excéntricos situado en la calle Séneca de Barcelona, una callejuela en la parte baja de Gràcia y muy cerca de Diagonal y Gran de Gràcia. Un rincón que casi parece un mercadillo con sus carritos de helados que, además, puedes alquilar para eventos privados si vives en Barcelona.

Sin duda, la más excéntrica en sabores de mis tres opciones, encontrarás opciones como el de masa de bizcocho, sésamo negro o regaliz junto a tradicionales como el de chocolate, vainilla o sorbete de fresa. Todos de alta calidad en su elaboración así como en su materia prima. Y para los amantes del polo,cuentan también de una gran selección de polos que hacen las delicias de mayores y pequeños. 

Una heladería que consigue experimentar con algo tan simple y honesto como puede ser un helado y transformarlo en alta cocina. Todo ello, sin perder su esencia del buen hacer y siempre con productos inmejorables. Una gran opción para los más atrevidos y experimentales paladares.

Sus precios son muy asequibles oscilando entre 1.8€ y 3.8€ dependiendo de lo grande que te apetezca el helado y además puedes pedirlos para entrega en casa o para llevar.

Gelateria Da Gallo

Y porque es de sabios rectificar, tras descubrir esta joya siciliana en medio del Eixample, la incluye en mis top de este maravilloso manjar. Situada en el cruce entre Mallorca y Pau Claris, está a un paso de Diagonal y Paseo de Gracia lo que ya de por sí le da un atractivo. Una zona preciosa para pasear y ver el modernismo más auténtico de la ciudad.

Seguramente la más tradicional de la lista, tiene sus pequeñas joyas como el helado de coco con trocitos de choco cookie, las granitas tradicionales sicilianas o la crema de ricota para acompañar a su plato estrella, ese brioche siciliano con un sabor y textura espectaculares. Sus materias primas son increíbles y sus opciones miles, tantas que tendré que volver varias veces para poder probarlas todas.

Si algo destaca de esta heladería, es que te trae la mismísima Sicilia a casa e innova mezclando texturas, sabores y todo lo que puedas imaginarte. Para prueba, el brioche siciliano a la plancha relleno de bolas de helado y acompañado con una nata casera que es de las mejores que he probado desde hace tiempo. Y todo ello servido con una amabilidad increíble en un local de cuento donde los detalles no faltan.

Sus precios oscilan los 2.50€ en pequeño y 3.5€ en mediano. Su plato estrella, un brioche relleno de dos bolas de helado con nata, tiene un precio de 4.5€, muy razonable si piensas en la preparación y el trabajo que conlleva. Lo ideal es sentarte en la terracita mientras la disfrutas, pero también puedes llevártelo a casa o pedirlo para que te lo entreguen.

Si te ha gustado mi experiencia de descubrir heladerías por Barcelona, te dejo otro artículo sobre horchaterías que creo que te va a encantar.

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